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S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: març, 2015

EL ARMARIO EMBRUJADO

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El armario embrujado, Abro las puertas del armario, de par en par, decidida a hacer una limpieza general. Meteré en bolsas la ropa que ya no utilizo, y después cogeré la ropa que puedo regalar; las llevaré a Caritas o a la parroquia de La Salud , y las estropeadas y en mal estado irán directamente al contenedor. Saco la ropa, la coloco con delicadeza encima de la cama y empiezo a seleccionar prendas de ayer y de hoy. Cojo un jersey que hace exactamente ocho años que no me pongo, pero me trae tan buenos recuerdos. Y lo acarició y al hacerlo veo sus pequeños ojos azules, sus piernas encorvadas y sus cortos cabellos rubios. Lo dobló cual reliquia histórica y lo vuelvo a guardar. Cojo una falda que no me puedo abrochar, pero pienso que después de la dieta primaveral me la podré volver a poner, así que la vuelvo a conservar. Me pruebo un abrigo que compré en un mercadillo de Santa Fe, y lo encuentro un poco estrecho, seguro que si le quito las pinzas de la espalda quedará perfecto.

MANOS LLENAS DE LUZ

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Manos llenas de luz, Apoyo mi mano, en la fría barra de metal, para sujetarme de los vaivenes del metro. Al instante noto un leve roce sobre ella, una mano suave ha captado mi atención. Miro. La mano pertenece a un joven de unos 25 años de edad, aproximadamente, sus facciones son bellas, pero no puedo ver el color de sus ojos, porque unas gafas negras de sol, los ocultan. Observo que en la otra mano sostiene un negro bastón. El vagón está lleno de personas, la mayoría con la mirada fija en el móvil, viendo mundos lejanos. De la memoria rescato una cita de José Saramago «Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven», quizás esta realidad virtual que entra por nuestros ojos y que aceptamos como única y real, sea una ceguera ante otras formas de entendernos, de comprendernos como individuos, y como especie humana; ciegos al negar esa ceguera que está frente a nosotros, y que nos va devorando y distanciando sin parpadear.

UN RAYO DE VOZ

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Un rayo de voz por Paraules amb Aroma Enciendo la radio y el jazz de Nina Simone me acerca a un pasado reciente. La música, el sonido del atardecer, algo tiene la noche, y a mi encuentro aparece la magia de Harry Houdini, y me libero de las ataduras nocturnas, para huir en busca del secreto de la felicidad. La música, los encantamientos, unos penetrantes ojos azules, me suben al tren de la vida, y alimento mis sueños platónicos con ideas de lluvia. Aspiro profundamente, y del fondo de la memoria resurge la conferencia del conocido locutor de radio Fernando Martinez (“fernandisco”), en el hotel Rafael de la ciudad de Badalona. Sentada en la mañana, frente al ordenador, veo resurgir en mi pensamiento al hombre, al locutor, al coach haciéndome participe de un nuevo concepto de comunicación: la musicología. Música para flotar, para volar: “I think i can fly”, para atrapar sueños, para embellecer el alma, para sentir la medicina que todo lo cura: el amor. Es sábado. Esto

TE ESPERABA

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Te esperaba por “Paraules amb Aroma”: Bienvenida primavera. Nos volvemos a ver. No te puedes imaginar con que ilusión esperaba tu llegada. Estaba tan contenta, que para recibirte como te mereces, me fui de compras: una blusa transparente, unos tejanos agujereados, un bolso XL, unas gafas para ver mejor con cristales de colores, unas deportivas, y un pintalabios rosa chicle. Tu aroma me ha abierto la habitación de los recuerdos, y he vuelto a oler los tulipanes amarillos de Esmeralda. Me he tumbado en el fresco césped del jardín. He conversado largamente con alguien del pasado. He plantado claveles rosas y rosas rojas. He saboreado el primer helado, y un revoltijo de alegría, ha pintado mis ojos de azul. Azul de viento, azul de vida, azul de viaje. Estupenda primavera. Tan deseada. Eres la que apagas las luces del invierno. El vermú oscuro o claro de los domingos en la terraza del Talós o en Ca l’Espinaler. La melodía del último CD de soulful. El descubrimiento de un nu

ALIQUAM AROMATICA

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Aliquam aromatica ¡Todo era naranja… naranja! No había nada más que naranja. En todas partes se veía naranja. Naranja con toque de campanas, a la canela, al dulce de leche, a la crema. Naranja lineal. Naranja delgada, esquelética. Naranja de madera y de seda. Naranja blanda y musical. Naranja de lluvia, naranja con limón… llena de dulzor; de aroma; llena de historias, de poesía. Naranja con una “n” pequeña, con una “n” minúscula, con llanto de niño, con chochez de vejez; medias lunas desmemoriadas, sin recuerdos de niñez. Naranja trascendental, trascendentalita; naranja tibetana, espiritual. Naranja sacramental; con sus ostias y sus reliquias; con sus rosarios y sus rezos. Naranja que enciende el despertador de los madrugadores, de los políticos, de los economistas, de los humoristas. Naranja fantasiosa y naranja aventurera. Naranja vestida de blanco, naranja inocente. Naranja susurrante. Naranja ensangrentada. Naranja, naranja que es, simplemente, naranja. Naranja y

POSTAL IMAGINÀRIA

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Postal imaginària, La sento respirar, batejar, somriure. Camino per la ciutat, la trepitjo pas a pas. La meva ciutat és per a mi, una ciutat estimada, amigable, familiar. Trobo i reconeix en cada passa els llocs de la infància, la joventut i la maduresa. Passejo, compro una postal en l’estanco del carrer Francesc Layret, i em sec en un dels cafès de la Rambla. Miro la fotografia amb la torre de la parròquia de Santa Maria dibuixada en carbonet, i de sobte penso que em moriré sense haver vist la rehabilitació urbanística de Dalt de la Vila , el centre històric de la ciutat. Contemplo els núvols, les palmeres i les ones del mar. Voldria edificar la ciutat amb els meus pensaments, pedra sobre pedra, somni sobre somni. Em faria arquitecta, constructora, estilista, pintora, dissenyadora, aprendria tots els oficis, per construir la meva ciutat imaginària. Una ciutat que fos una mica el reflex d’alguns dels meus desitjos urbanístics i personals. Col·locaria l’estàtua visual del poeta

DESAYUNO INESPERADO

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Desayuno inesperado, El otro día fui al Tanatorio de Can Ruti. A la salida, decidí obsequiarme con un buen desayuno (una taza de chocolate caliente y unos churritos) intentando olvidarme de mi propia finitud. Ante determinadas circunstancias yo me invito a un suculento desayuno. ¿Una decepción amorosa o amistosa? Desayuno. ¿Una analítica? Desayuno. ¿Me levanto cansada? Desayuno. ¿Una traición? Desayuno. ¿Una caída? Desayuno. Así que entré en la churreria del Paseo la Salud , bien decorada, con cuadros incitadores colgados en la pared, con revistas y diarios, con jarrones y flores, me senté en una de las mesas del final del local, y pedí mi habitual chocolate y un par de churros crujientes. Mientras ojeaba una revista de viajes una pareja se sentó a mi lado. Apenas pasado un segundo, la mujer comenzó a llorar. Toda ella era un mar de lágrimas. Acababan de comunicarle que la fecundación in vitro había resultado negativa. El hombre intentaba consolarla mientras le decía que no se p