IRENE ARCHER CARMONA
Me encuentro delante de mi recién estrenado escritorio, es de bambú y tiene un módulo adicional para colocar el ordenador. Lo he orientado mirando hacía el jardín. En el lado derecho de la mesa tiene dos cajones, en el izquierdo una puerta y en su interior hay dos estanterías. Encima de la mesa se encuentran esparcidos todos los apuntes y notas, que he recopilado sobre la vida de Irene o Airin como la llamaba su padre, esperando a ser redactados. Miro los papeles, y siento que algo me impide empezar a escribir la biografía de Irene Archer Carmona. Mi intuición me hace pensar que la bailaora y gitana, como bien se definió en nuestra primera entrevista, se ha guardado un as bajo la manga. -Diga -… -Sí, soy yo -… -El miércoles 11, espera un segundo, que miro la agenda. -… -De acuerdo, el miércoles 11 me va bien. Sí, quedamos a las siete en la calle Pau Claris n.167. ¿Cómo me has dicho que se llama el local? -… -Ah! Vale. Allí estaré. Adiós. Dejo el móvil encima...