LA TIENDA DE CRISTAL

En la puerta había colgado un cartel que decía:- he salido un momento, vuelvo en cinco minutos. Justo cuando Anna y yo nos girábamos para marcharnos apareció Cristal. La silueta de Cristal era delgada, bajo sus largas pestañas surgían un par de ojos verdes sonrientes y soñadores. Una media melena rubia descansaba en sus hombros. Abrió la tienda y entramos. Nada más entrar nos invitó a tomar una taza de té de frambuesa y canela. Me llevé el té a los labios estaba en el punto que a mí me gustaba, más bien, templado. Cristal nos comentó que se trataba de una nueva variedad de tés aromáticos con propiedades medicinales. Nos bebimos el té y nos fuimos a visitar la tienda. En el techo colgaban atrapadores de sueños, algunos estaban fabricados con madera de arce, otros estaban hechos a mano, los había de diferentes medidas y colores, también pendían del techo móviles con estrellas de trapo, y soles de papel crepe metalizados. Mi amiga Anna se fijó en una pequeña bolsa, de seda ro...