LA MASCARA
Una excursión a lo que un día
fue la juventud. La noche de una joven que hace tiempo se evaporó. La noche
gira a mí alrededor y yo giro con ella encantada. Los duendes nocturnos me
susurran al oído lo bonito que sería poder volar. Sonrisas al compás de una
canción. El abrigo largo de franela, la bufanda protegiéndote del frío. Tus
ojos azules lanzando una pregunta: venís solos. La respuesta negativa no parte
de mi boca porque yo no te lo puedo decir. Mientras te diriges a la presencia
física, los otros acompañantes se cuelan ante tu seria mirada. Los plurales
alcanzan la pista de baile y tú ni siquiera los ves. Todo un submundo de
fantasías y de almas bajo mi piel, entre las capas del abrigo y la consciencia.
Y tú no los ves. Una frase caída en la palma de la mano, elevada a la mente y
fantasear. Anna se ha colado
descaradamente y observa las jovencitas que van agarradas del brazo de
juventud, con labios rojos y tacones encumbrados de deseos. Miradas de mil
colores y aromas, tentando la noche, jugando con la vida que vuela. Dejo de
bailar. Me detengo. De pie en la barra un sorbo de palabras con dos cubitos de
hielo, y un brindis con Anna y por Anna. A nuestro alrededor un hervidero de
jovencitos esperando besos que alivien su soledad. Y dejamos que la luz
nocturna nos cubra y nos susurre. Nos reímos y compartimos confidencias. Allí
estábamos sentados dice Anna, él dándome la espalda, apretando su hueso sacro
contra el mío. Bebe un sorbo y respira; que no, que es mentira, que me lo acabo
de inventar, que él nunca existió. Y son en esos momentos en los que Anna vuela
en los que desearía ser ella, esa enredadora de realidades, esa agitadora de
tiempos y espacios, esa locuela que me ensancha el alma. Cuanta magia esconde
la noche. Y pasas por nuestro lado con tu abrigo largo de franela, negro en
contraste con tus ojos de nube, y Anna te saluda pero tú no la ves. No ves a la
mujer palabra, a la mujer que hay detrás de la máscara, a la inventora y a sus
inverosímiles ídolos. Y esa mirada que tú tienes, profunda, brillante,
bondadosa evoca sin tú ni siquiera saberlo a los ángeles del cielo.
@ paraulesambaroma
Badalona, 11 de marzo de 2017
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