SEPTIEMBRE





Septiembre. La perfección del verano llega a su fin. Los hombres son melodías cuyos sonidos se entremezclan en la selva ciudadana. La ciudad palpita con sus habitantes con arritmia cardiaca. Vivimos en el interior de una fruta que va agonizando con el tiempo. Miramos al cielo y ya no vemos estrellas. Oscuridad. Oscuridad de ideales, opacidad renacentista. Desdibujados de alma caminamos sonámbulos por el bosque de la técnica. Desorden de mundo, desorden de hombres, perdidos en razones numéricas. Somos números, números sociales desposeídos de identidad humanizada. Nuestro Dios es el dinero; idolatría para divinidades sin conciencia. Caminamos de prisa hacia el abismo de la humanidad. Y entonces, la robótica, otro amanecer, otra mascara para ocultar la esencia del ser. Hace falta mucha sin razón para alzar en valor la fuerza del amor.



Badalona, 25 de septiembre de 2013



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