DECISIONES

4.-DECISIONES:

Ha pasado poco más de un mes desde mi encuentro con Roberto. Treinta y un días sin dejar de pensar en él y en nuestra despedida. Decisiones. La vida está llena de pequeñas o grandes decisiones.
Desde el comedor a la habitación hay exactamente ocho pasos rectos; son las once y media de la noche, la casa está en silenció y el sueño no llega a mis ojos. Él hace rato que duerme, el mismo tiempo en que yo he estado pensando en Roberto: ¿Hice bien en marcharme? ¿Me equivoque?
La una de la madrugada. Voy a intentar dormirme, si no, mañana cuando suene el despertador seré incapaz de levantarme.
- Buenas noches –le digo flojito al oído.

Suena el despertador, son las siete de la mañana. Me levanto, lentamente. Abro los ojos para encontrarme frente a frente con un nuevo día. El sol se cuela por las ventanas. Paso a paso, mis pies se deslizan con suavidad. Los latidos de mi corazón saltan con una alegría especial. Pienso en Roberto y en sus ojos verdes. Camino cuatro pasos hacia la izquierda, empujo la puerta y entro en el aseo. Tapono la bañera y abro el grifo. Me desnudo de todas mis racionalidades y dejo que el baño se vaya llenando de pompas de ilusión. Compruebo el nivel del agua y me sumerjo. El calor del agua estremece mi cuerpo y mis sensaciones.
Miro el reloj y salto rápidamente de la bañera, si me descuido llegaré tarde al trabajo. Recorro el armario y decido con facilidad el conjunto que me pondré: la blusa amarilla y el pantalón verde militar. Me miró al espejo y observo que me queda bien. Me desabrocho dos botones de la blusa, lo justo y tentador. Me pongo un collar grande para que resalte en la blusa. Y tacones, altos, muy altos. Me maquillo apenas unas pinceladas y por último unas gotas de perfume. Lista para una nueva jornada.

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