#REACCIONA


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Creo que he sido demasiado blando con Sara. Cómo ha podido olvidarse de adjuntar las conclusiones finales al balance económico, para que nuestro cliente pueda tener una valoración más ajustada del producto. Siempre está en babia, es una incompetente. Y tenía que ser hoy, justo hoy, que debemos asistir a la entrega de los premios Príncipe de Asturias. Mi hijo ha estado premiado con un galardón académico por un descubrimiento relacionado con la desaparición del teclado en los ordenadores y la comunicación visual 4D. Qué orgulloso estoy de mi hijo. Espero que él también llevé en sus genes el carácter de los Picados. Con un poco de suerte si la tonta está envía el informe pronto, podré llegar a casa con tiempo suficiente para arreglarme. Ya ha llegado el informe, le doy a la tecla de imprimir; en casa ya me lo miraré. Miro el móvil Flora me ha enviado uno de sus mensajes cariñosos pero le he dicho que hoy no podíamos vernos, que mañana ya la llamaría. Mientras el informe se imprime abro un par de wasaps pendientes; el informe ya está impreso, lo cojo y lo guardo en mi portafolio.

Llegué a casa con tiempo suficiente para darme una ducha y vestirme. Llamé a Laura y no me contestó. Apareció en mitad del pasillo y me dijo que estaba terminándose de arreglar.

-No me gusta ese vestido, que crees que vamos a una discoteca, cámbiate ahora mismo- le dije algo cabreado.

- Pero a mí me gusta este vestido- me respondió con su voz de mosquita muerta, pero aunque me hablara como si le costara que las palabras le brotasen de la boca, yo sabía para quién se había puesto ese vestido ridículo.

-Te he dicho que te lo quites. Qué se puede hacer cuando alguien no te hace caso; ya lo decía mi padre, si dejas que una mujer te pierda el respeto, estás perdido. Pero los hombres de la familia de los Picados sabemos cómo hemos de tratar a una mujer indisciplinada.

-¡Eres tonta o qué te pasa!, sino te quitas el vestido ahora mismo te lo voy a tener que quitar yo, y entonces en ese momento sentí como los ojos se me encendían y una oleada de calor invadía mi cuerpo. Ella me miraba temblorosa  en mitad de la habitación.

Me fui derecho hacia ella, la empuje contra la pared, le rompí el vestido de arriba abajo, como intentó impedirlo la abofeteé y de su labio superior empezaron a caer gotas de sangre. Le agarré del cuello y le dije que hiciera el favor de no gimotear como una niña. La volví a empujar contra la pared; me baje los  pantalones y la penetré con rabia. Cayó hecha un ovillo en el suelo de la habitación. 

No sirves para nada – le dije decepcionado. Será mejor que no me acompañes a la gala. No creo que tu hijo se sintiera muy satisfecho de verte en estas condiciones.

La escuché llorar en la habitación como otras veces; al encender el grifo del agua el llanto quedó ahogado.

Abrí el armario y opté por la americana negra aterciopelada  y los zapatos de charol de Dior. Me marché sin decir adiós. Al salir cerré la puerta con llave, para asegurarme que no fuese hacer alguna tontería. La semana pasada había intentado escaparse, aunque no creí que le hubieran quedado ganas de intentarlo de nuevo; pero quién sabe- me dije a mi mismo.

Encontré a mi hijo esperándome en el hall del hotel, elegante y feliz, nada más verme me preguntó por su madre pero le dije que en el último momento se había sentido indispuesta, y habíamos decidido que sería mejor que se metiera en la cama. Le dije que le habían vuelto sus dolorosas jaquecas. Me pareció observar una cierta tristeza en su rostro.

-Bueno hijo no te preocupes yo estoy aquí; qué le vamos a hacer tu madre carece del gen poderoso de los Picados.

La gala fue todo un éxito. Mi hijo estaba radiante y eso era lo más importante; aunque su carácter liviano y aplacado me hacía temer que no fuera a desarrollar mi ímpetu. 

Me llegó un mensaje insinuante de Flora y le propuse que nos viésemos más tarde en el mismo hotel.

A la mañana siguiente, antes de ir a la oficina, mientras desayunaba decidí darle un vistazo al informe. Cogí el portafolio y extraje el informe, cuando empecé a pasar hojas vi que las hojas estaban en blanco, todas las hojas estaban en blanco. Ninguna hoja llevaba nada escrito. Pensé que se trataría de un error, que la impresora, se habría quedado sin tinta. Salí como una bala hacia el despacho, pues a la diez era la hora prevista para reunirme con los empresarios.

Cuando llegué al despacho me lancé hacia el ordenador y lo encendí, parecía que iba más lento que de costumbre, le volví a dar a imprimir y volvieron a salir otra vez todas las hojas en blanco. Fue entonces cuando advertí que había una nota adjunta, la leí:

“El abuso de poder es una enfermedad, le recomiendo visite a su médico porque Usted está gravemente enfermo”.

Cogí el teléfono y le grité a mi secretaria que llamará a Sara; se iba a enterar esa niñata quién mandaba en la empresa.

Un instante después entraba mi secretaria en el despacho: -Sr. Picado los empresarios lo están esperando en la sala de reuniones. Perdone, debo informarle que Sara ha enviado una carta notificando su despido de la empresa y también que ha llegado este ramo de rosas rojas para Usted, con esta tarjeta.

Mi secretaria me alargó la tarjeta, la abrí y la leí: estas flores son para que las deposites en la tumba de Laura; tu hijo y yo te deseamos que algún día seas feliz. No nos busques o las flores serán para ti.

Firmado: Laura

Badalona, 30 de noviembre de 2018

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