TIEMPO

Miro la velocidad a la que pasan los días como si fueran subidos a un tren de alta velocidad, el paisaje de algunos acontecimientos, políticos o personales, que no acabo de comprender, la luz clara del verano que se cuela por la ventana y el milagro perdido de algunas miradas que han dejado de mirar. Miro la pequeñez que queda cuando se ha dejado de creer, cuando se han desvanecido ilusiones y nuevas esperanzas, y colecciono momentos, en un álbum sin nombre, que impregnaron mi vida de colores y alguna que otra melodía.

Julio. Se enaltece el sabor del verano. El mar es un violín cuya música arrastra olas con sabor a viejas reminiscencias. La playa juega con mi fantasía como un payaso con un mimo. Los humanos, pequeños hombrecillos, vivimos en el interior de un reloj de arena que va deshaciendo lentamente los minutos.


Badalona, 22 de julio de 2013

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