CUIDATE
Nos conocimos con brevedad, un
segundo y en el minuto siguiente usted ya había desaparecido como por arte de
magia. Tengo que decirle que tuvo la descortesía de marcharse sin decir adiós;
de no sospesar sus acciones, de dar besos sin valor y lanzar palabras
puntiagudas. Y ahí está la cuestión, no sé si voy a saber explicárselo, pero al
menos lo voy a intentar: su palabra se me clavó traspasando mi escudo protector
y, se coló en mis aposentos; desde entonces ando como loca, haciendo disparates
que ni se puede imaginar. No sé a qué hora me acuesto ni a qué hora me levanto,
ni si es de día o de noche, si hace frío o si hace calor. Y sabe: su palabra
lleva instalada tanto tiempo en mi recámara que se ha convertido en parte de mi
alma. Su palabra y yo sonamos a repique de campanas, y sé que mientras escuche
sus vibraciones me será imposible morir. Su palabra suena y mi día se convierte
en melodía. Escribo, ya lo sabe. Y es en este tiempo donde aparece su sonrisa
tan rectilínea, tan peculiar, impregnada de silencios circulares. Le queda
también a su fisonomía ese saber callar; trescientos sesenta grados de
discreción que iluminan mi borrasca mental. Todavía le oigo llegar, y sin poder
evitarlo mis sentidos se agudizan; qué extraño es que ese silencio tan absoluto
suyo pueda resonar tan cerca de mi; que suene a tan “ojala pudiera contarte,
explicarte, decirte”. Y yo, deseando poder mostrarle como he regado, cuidado, amado
su palabra (su tesoro, su regalo, su ángel), poder revelarle como ha ido
creciendo con los años; me gustaría tanto que pudiera acariciarla, aunque sólo
fuera por un minuto devenido a segundo. Me complacería
tanto poder regalarle 69 textos generosos, llanos, azules acompañados al compás
de una melodía hechizadora: At Last-Beyoncé (Etta James).
Diviértase, dance, sonría.
Felices vacaciones!!!
@paraulesambaroma
Badalona, 26 de juliol de 2017
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