MIRO

Miro llegar imágenes que no comprendo, que no sé de donde vienen ni donde van, pero no puedo negar mi ilusión al verlas aparecer vestidas de oro y plata. Veo caer palabras, por el interior de la retina como si de una vertiginosa catarata se tratase, a punto de desbordar mi ordenada cotidianidad. Miro cada mañana el buzón lleno de correspondencia cuando el sol pierde la timidez de la mañana, y acecho contento, con los sentidos abiertos a la existencia, el color de la creatividad y el aire fresco de la risa. Y esas extrañas imágenes perfeccionan las aristas de un mundo de voz y viento. Las imágenes se convierten en violines cuya música acompaña el interrogante de todas las dudas y porqués que brotan en el centro oculto de mi onda terrenal. Soy una frecuencia lentísima cayendo silenciosamente en el abismo de un espacio desconocido.

Badalona, 11 de noviembre de 2013

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