ELENA Y ROBERTO

Elena y Roberto

La reunión del consejo escolar apenas había comenzado cuando la puerta de la sala se abrió; Elena entró sin titubear y saludó a los presentes. Desde mi rincón pude observar como las miradas masculinas se dirigían hacía su ajustada camisa, que exaltaba la redondez de sus pechos. De todas las miradas que volaron hacia Elena percibí que unas eran objeto de deseo pero una de aquellas miradas, la que quiso pasar desapercibida, reclamó mi curiosidad. Elena y Roberto creyendo que nadie los veía cruzaron velozmente sus miradas. Segundos después Roberto, el Director de la escuela, informaba de su irrevocable dimisión del Consejo Escolar. Todos se quedaron sorprendidos ante la inesperada noticia, pues aquel tema no constaba en el orden del día de la reunión. Roberto un hombre cerrado en si mismo, impenetrable, dejaba sobre la mesa su carta de renuncia. Un largo silencio recorrió la sala; y mientras los demás se preguntaban el porqué de aquella decisión, yo fijé mi atención en Elena. Miré sus ojos, habían perdido el brillo que momentos antes habían captado mi atención, y supe que guardaban un secreto. Sin que nadie reparase en su persona, desplazo lentamente la mano hasta alcanzar uno de los folios que reposaban delante de ella, y comenzó a escribir la historia de Roberto.

Badalona, 1 de Febrer de 2011


Comentaris