UN PEQUEÑO CORAZÓN



Cierto día, Claire estaba bebiendo un delicioso Champagne cuando notó que se tragaba algo: un pequeño corazón rojo. El corazón latía despacio y sus arterias apenas bombeaban. Lo expulsó de su garganta y lo cogió entre sus manos, al sentir el calor del tacto comenzó a latir con más fuerza. Después pasados unos segundos se agrandó, como una gran luna llena, y empezó a balbucear palabras. Claire lo miró sorprendida. Las arterias se comunicaban entre ellas llenas de júbilo y alegría. Aquel corazón enamorado había vuelto a la vida.

Badalona, 25 de setiembre de 2012

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