ROTACIÓN


Noche. Negrura. La luna, la carta astral, que inspira y encanta. La lluvia ha aguantado sus llantos. Luces amarillentas en farolas anestesiadas. Hay estrellas ocultas en la oscuridad. El cielo ha caído perpendicular sobre Badalona. El alma se me viste de rojo. Veo un mar inmenso desde la playa adormecida. Las palmeras con luz se dejan ver. Se queda callado el mar. Se calla. Un caballito de mar canta y su canto se llena de viento otoñal. Mi casa es un avión volando en las alas de una mariposa. En lo alto de las nubes yo vigilo mi consciencia interior. Hace días que mi risa anda descontrolada. A ratos pienso que mi alma se ha apoderado de mi cuerpo y le ha alterado sus rutinas cotidianas. Me lavo la cara. Los cabellos enredados. El vestido, la camisa y el pantalón. Una cara en el espejo. Le brillan los ojos. Canta. Baila. Espera entusiasmada. La soñadora aparece en el reflejo del cristal. Es la ilusión la que me mira. Otra mujer con otro gesto ¿será que ha aparecido otra para arrastrarme hasta la locura de la imaginación? Imagino un viaje al centro del sol; al corazón desde donde surgen todos los rayos ultravioletas. La chispa que enamora a la luna. Día. Claridad. Resplandor. Hoy calienta el sol. Se sospechan visiones atrayentes. Dulce posibilidad la de creer en cangrejos que regresan veloces a la playa. Saltan los delfines. Los días han cambiado su color. Desaparece la noche y su oscuridad. Se perfila un nuevo aroma frente a la ventana. Me alzaré de puntillas para oler el café y la vida.  

Badalona, 18 de octubre de 2015

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