EL ASTRO REY


Es desbordante, incansable la inspiración. Bulle libre, ataviada en su persistente labor creativa. El día se presenta surrealista, hechizador, y el cielo estrellado planea sobre mi cabeza, sacudiendo insistente y zalamero sobre mis neuronas. La felicidad sabe a chocolate vertido garganta abajo, acaramelado su sabor embadurnando mis dientes marfil. El vino contribuye a ligereza en la boca, a la sonrisa floja en las mandíbulas sueltas y a la atracción novedosa, salpicando el aroma dulce de la vida. La vida juega a mí alrededor, provocadora, ríe y salta, corre y desaparece, y no alcanzo a vislumbrar hacia dónde va. A veces la vida aparece como una niña que ya no me pertenece, otras se manifiesta como mujer sosegada y solitaria, cincelada de silencios y ausencias. Entre una y otra, soy sueño de ser, necesito soplos de curiosidad para encender mi mirada, y escuchar los latidos de mi corazón. Ella, la vida, es mi dueña, ella viene y se me da, gira a mí alrededor y alumbra el camino de mi devenir. Alzo mi cabeza hacia el cielo, contemplo la armónica disposición de los planetas, y solicito. El astro rey no se asoma y quiero verlo. No saldrá, no ha salido. Ilusionada abro los ojos. Hierven acaloradamente, fuego creador, queman. Ascenso. Pienso ahora que el único gesto creativo es soltarse al vació, dejarse llevar por la vida y activar el vuelo de la inspiración.

@paraulesambaroma

Badalona, 27 febrero de 2017     


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