VERANO
A ver si deja de llover y sale el
sol. Qué ganas de que llegue el verano. Este verano bucee, persiga, descubra.
O, si lo prefiere, también puede pasear en bicicleta, bailar bajo las estrellas
o leer a la sombra de una palmera. En el mar o en la montaña. Juegue, sonría, relajase,
disfrute. Imprégnese del color del verano y baile la canción de moda. Este verano tatúese un único pensamiento: practique
a tope la felicidad. Mímese. Un tiempo para reflexionar sobre lo que de verdad
importa: sobre las esencias que esconden las apariencias. Unos días para nutrir
el cuerpo y escuchar el alma. El verano pasa volando. Así que láncese en busca
de lugares con encanto, de playas paradisiacas y anocheceres estrellados. Deje
que las sonrisas sean su asistente personal y lo acompañen a todas horas, en la
playa o en la piscina, en el hall de un hotel o en la terraza de un camping. Desee,
viaje, diviértase. El verano da felicidad y la felicidad da paz, salud e ilusión.
El verano huele a sal, a Nivea, a binestar. El verano es fiesta dorada. Resucite
a su niño interior. Vístase de verano y salga a pasear y, cómprese un cucurucho
repleto de sueños y saboree el instante presente, su aquí y ahora, su única
verdad; la orilla de su playa, de su tiempo. Siéntese en la arena, extienda la
toalla y contemple el mar de su verano con la paciencia del agua, y cuente las
estrellas que iluminan su existencia; regálese un instante de eternidad. Bájese
del mundo, de sus trámites y sus transferencias, y cuélese en el ámbito mágico
de la ensoñación, de la duermevela, de la nada. Deslícese por la cuerda floja
que baila en el aire, y juegue con el sol a juegos celestiales, en una mañana
sin horas, luminosa. El verano nos ofrece un tiempo nuevo. El aroma del amor.
Aspire profundamente para que ascienda del fondo del mar o del fondo de su
memoria una felicidad que es pasajera.
#paraulesambaroma
Badalona, 10 junio de 2018
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