LA OCA

La oca,

Estoy aquí, sopesando su ausencia, tomando el pulso a la soledad, y me siento melancólica en el mundo ruidoso que me circunda. La melancolía me inunda desde los pies a la cabeza y quiero que se haga presente para que le vaya dando interés, emoción, color a todas las cosas, que a su paso se llenan de círculos, ojos y reojos, de miradas esquivas y fugaces.
El mundo es un universo de luz y de tiniebla que hace tic-tac cuando se acerca. Tengo ganas de comprender la línea frágil e invisible de sus juegos; el escondite que me sorprende; la rayuela que me equilibra, el laberinto que me extravía. Jugar y escribir. Escribir y  jugar dentro de su planeta. Juego de luz y de sombra, de llanto y risa, de paz y de tormenta.
Estoy aquí. El tiempo llora a borbotones; es lento y espeso como la leche condensada. Escribo en el borde de la página poemas mientras espero que un café humeante llamé a mi puerta para invitarme a la fragancia de sus palabras. No sé que voy hacer esta tarde, pero me gustaría sentarme a escribir en la terraza, con el aroma de su recuerdo por compañía.
Estaba allí. Pude haber dado un minúsculo paso, haber tocado con mi mano su mano, acariciar su rostro, haber enredado sus cabellos, haber borrado la imagen, reduciéndola a arena de sueños, de fantasías. Pero la detuve en el aire, quieta y fija, y me marche dándole la espalda a su rostro, a mis sueños. Siempre quedará en el aire aquella posibilidad, el deseo de un juego prohibido.
Tanta tarde de juegos y laberintos me ha llevado a caer en la prisión de la imaginación, la belleza de la tarde mirando hacia el lírico tablero de juegos. Y lo veo detenido encima del puente. Un alma esbelta, en un mayo de papel, incitándome a perderme entre posadas y ocas. Al final un cartel indicativo: peligro de muerte. No sé si continuar o detenerme, y la imaginación se me enreda con el presente, el juego con la muerte y el pozo de sus ojos me insiste en que lance los dados redondos hacia el revés. Es un universo fluctuante, atrayente, de pronto, me quedo atrapada en una imagen, y el tono de una voz saltando, de oca en oca, por mis pupilas.       



Badalona, 25 de mayo de 2015

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