ESPAGUETIS INDEPENDENTISTAS
Ayer fue un día glorioso. A primera hora de la mañana fui al tanatorio.
Dudé. No sabía si estaba en un oficio solemne o en un concierto para
violonchelo. El cura cabizbajo ni se digno en mencionar al difunto. La vela
casi se apaga de un suspiro. En fin, y luego la clase jerárquica de la iglesia
se queja de que cada vez tienen menos fieles. Quizás un cursillo de marqueting
diocesano no les fuese del todo mal.
Más tarde mi escenario cambio. Había quedado a comer con unas amigas.
Pedimos macarrones y nos trajeron
espaguetis. Pensé que la venta del restaurante a manos de unos empresarios
chinos tenía a los trabajadores un poco despistados. El caso es que allí
estaban ellos, todos largos y enredados, amarillos y rojos, cubiertos por una
deliciosa salsa de tomate, y no sé porque extraña asociación de ideas me dio
por vestirlos de catalanidad, y luego un poco más tarde el enredo del plato se
me trasladó al estomago, porque los espaguetis se convirtieron en
independentistas, y como querían largarse de mi estomago, para que los dejará
marchar me montaron una vía, desde el cráneo hasta las extremidades inferiores,
todos ellos rectos y estirados, proclamando la república independiente dentro
de mi organismo, y me negué con rotundidad, y les hice saber que desde ese momento
habían dejado de ser mi plato preferido, y los trituré. Pero no acabaron hay
las transformaciones gastronómicas porque las burbujas de las birras se
convirtieron en un montón de estrellitas azules. Las miré de cerca pero vi que
no pertenecían al cielo estrellado de Kant. Sonó el Móvil y miré, era uno de
esos mensajes que te alegran la mirada, y mi cielo se iluminó. Vino el camarero
para ofrecernos el postre: tarta de Santiago, crema catalana o melón; le
pregunté si podía traerme un poquito de sal de fruta, para apaciguar tanta
indigestión, indignación e independencia. Pero apareció con la dolorosa.
Paguemos y nos marchamos, por aceras diferentes. Las independentistas por la
acera de la derecha, las federalistas, por la acera de la izquierda. Un poco más
distanciadas, un poco más alejadas.
Badalona, 21 de septiembre de 2015
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