EL ESPEJO


Qué silenciosa la estancia, sin oír tu voz. Tu ausencia queda dibujada en la neblina que inunda la luna; tu ausencia deambulando entre pompas de jabón y fragancias florales. Mirando hacía el infinito, en la lejanía de una estrella se cuela la sublime imagen de tu luz. Ha llegado la navidad y te ha raptado, hacía montañas nevadas, hacía ríos perennes, hacía el tiempo que engrandece la sonrisa casta de la niñez; bosques repletos de vida alejan tu voz, de ruidos sonoros, de urgencias avivadas, de un mundo entristecido de amor.

Ficción mía, fruta fugaz, árbol de vida, dulce manzana, milagro inesperado, lejano, imposible, inexistencia vertical, trozo encantado de cielo y de mar, estoy aquí, en el filo de tu ausencia, en el caudal evaporado de tu voz, entre otros ruidos, entre otras melodías desconocidas, voces de un amanecer que no inquietan mi despertar, y entre las delgadas paredes escucho tu ausencia, miro tu ausencia desde todos los espejos, te has convertido en el tacto de la nada, en la voz de la nada; en el aroma que llena la nada de voz.

Hoy sé que tú no estás.

Badalona, 20 de diciembre de 2013

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