ADIÓS AÑO VIEJO


Se ha acabado un año, el año 2012. Y ahora mientras espero el nacimiento de un nuevo año, dialogo con mi consciencia. Y en este dialogar aparecen en mi mente imágenes y momentos ocurridos a lo largo del año. Me despido para siempre, de algunos momentos entrañables e irrepetibles, de amistades que decidieron cambiar de dirección, por intereses o por voluntad. Otros acontecimientos, divertidos, queridos y alegres, han pasado a formar parte de mi botella de la felicidad y pienso que “El hombre es un ser para la vida, una pasión valiosa a desarrollar en cada instante”.

Repasando con detenimiento alguno de los hechos acaecidos a lo largo de los doce meses, observo que alguno de ellos han supuesto una cierta dificultad, y sintiéndome un poco Quijote me digo a misma: “déjalos que se rían Sancho, porque nosotros Sancho, en este año siempre nos quedará la gloria de haberlo intentado, que no es poco”. Y así aprendiendo un poco, cada día, cada año que pasa, se van distanciando de mí, algún que otro miedo existencial.

El reloj acaba de tocar la doceava campanada. El 2013 y yo brindamos con cava. En el interior de la copa deposito mis anillos para que se empapen del ritual de los buenos deseos. Miro a mí alrededor y un poso de tristeza se filtra en mi interior. La vida va dejando sus huellas, y con ellas percibo como el tiempo ha ido robando la juventud de las personas amadas. Alejo mis pensamientos. Brindamos, nos besamos y damos la bienvenida a un nuevo año.


Badalona, 7 de enero de 2013

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