CONFESIONES X

Me despierta en mitad de la noche. Estoy completamente dormida y apenas consigo oír su voz. Abro los ojos y veo que me ha trasladado hasta el Puente del Petróleo, sola, en mitad de la noche. Arriba la luna, abajo yo. La luna, placida y callada, mira transcurrir la noche con ojos sosegados, brilla en silencio y su cuerpo se ilumina con estrellas de mar y estrellas de cielo. Todo resplandece a su alrededor y el mar es testigo de su lejanía. La luna, misteriosamente, mira pasar la noche, los besos salados, las caricias robadas, los deseos encendidos, los amores prohibidos, hasta que el fuego de la noche pulverice todos los secretos.


La luna canta una balada de amor, y Chopin la escucha en silencio, mientras extiende notas y corcheas sobre su negro piano. La luna blanca ríe, canta o llora entre astros de sangre. Luna, de puerto y pescadores, de barcas y amarres, corre entre las vías del ferrocarril, habla con sirenas encubiertas y duerme entre algodones de mar. La luna, llena y solitaria, bebe el anís de la felicidad y duerme entre viejos poetas y verdes palmeras. Luna plateada, Luna radiante, Luna frágil, Luna cariñosa, Luna atiborrada, chispas de luna iluminando la ciudad; chispas de luna encendiendo sueños en la madrugada.


Badalona, 15 de julio de 2014



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