FILAMENTOS INVISIBLES

















Llega la noche, miro la oscuridad. La alegría, el humor, la amistad, la serenidad, se transforman en mirada que alejándose de otras miradas, la destacan, y me muestran esos ojos negros que no quiero olvidar. Mis ojos enfatizan todos los recuerdos. Con ellos veo sus ojos. Cierro los ojos y sueño. ¿Qué sueño? Sueño con una figura velada que se acerca pisando las baldosas rojas del pasillo, como las baldosas no disminuyen el sonido de sus pasos en la noche, me levantó para ver quién es. Lo encuentro en mitad del pasillo con los cabellos despeinados por el aire y un sombrero en la mano, al acercarme para darle la mano, su sombrero se transforma en un ramo de rosas rojas. Los pétalos se caen en una fina lluvia. Las baldosas del pasillo se separan como las aguas del Nilo, ambos nos quedamos en orillas separadas que no podemos cruzar, y cada uno desde su propia ribera, libera filamentos invisibles de felicidad.

Badalona, 3 de julio de 2012



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