SUEÑOS DE MAR

Y fue el mar el que en una de sus olas me trajo la inspiración. Yo soy una firme soñadora. Cuando no sueño despierta por el pasillo de casa, me dedico la noche entera a soñar. Además reconozco que soñar me hace feliz. Esta noche mi sueño me ha llevado a un restaurante con ornamentos marineros y barcos de ultramar. El mar nos acogía en un escenario perfecto de luz y de color. Doce personas éramos los invitados a la fiesta, todos vestidos para la ocasión; el blanco resplandeciente de las camisas armonizaba con rostros distendidos y miradas animadas. Miradas llanas que estrechaban manos y daban paso a contactos más cercanos. Creo que celebrábamos algo especial, la llegada del buen tiempo y el principio de las vacaciones. El camarero nos recomendaba el menú del día en unas grandes cartas doradas. Cuando el camarero se alejó los diálogos se abrazaron alrededor de la mesa. De lejos vi el puente del petróleo y desvinculándome de las voces pensé que Badalona es hermosa. Me dejé llevar por un instante y caminé por la arena, iluminada por el sol, y a lo lejos oí el sonido de una melodía, lo seguí y me llevó hasta el puente. Vi a un hombre al final del puente, me daba la espalda. Yo me acerqué lentamente a él y, mientras la música acariciaba mi alma, le toqué el hombro. El hombre se volvió y vi que llevaba una cámara fotográfica colgada alrededor del cuello. Cogió la cámara y la sostuvo entre sus manos, y en el momento justo en el que iba a hacerme una fotografía, la cámara, el hombre, el puente, el club náutico, desaparecieron bajo las olas. Entonces me he despertado. Que hermoso es soñar! no hay limites y todo es posible.

Badalona, 27 de julio de 2012

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